24 de abril de 2022

3.- LP2G: Planifica

 

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    Queridos nietos,

    ¿Y cómo perseguiré la IF (Independencia Financiera)?


    

    Antes de llegar a plantearme la inversión en acciones como vehículo hacia la IF, tuve una serie de aprendizajes involuntarios relacionados con los inmuebles, son herramientas distintas y como todo, hay herramientas buenas y malas, y tan importante como elegir una buena, es elegir una forma inteligente de usarla, es decir, personalizar la estrategia a mi perfil, y no al revés, esta diferencia la veo clara ahora, pero no siempre fue así.


    Te presento la foto que resume mi vida adulta, se inicia a finales de 2015 cuando empiezo a hacer seguimiento de mis gastos e ingresos y recoge las 3 etapas más importantes en mis finanzas.   


    Comenzar a registrar mis finanzas fue algo que adopté de mi pareja que más adelante en mucha bibliografía que he tenido la oportunidad de leer, se recomienda encarecidamente como paso previo a una planificación y toma de decisiones. De hecho, haber comenzado esta tarea, es el primer paso que doy hacia mi IF, aunque sin saberlo en absoluto.


    He obviado las cantidades brutas, pero como ejercicio comparativo entre mis ingresos y gastos sirve para contar por sí solo mi historia, mi carácter y mi forma de vida. 

Pese a que las barras no revelan un cambio en mi comportamiento financiero, sus líneas de tendencia revelan una mala dinámica a la que deberé buscarle solución: la tendencia de mis ahorros (línea puntos verde) disminuye más rápidamente que la de mis gastos (línea puntos roja). Hay una explicación, pero la veremos llegado el momento.




    En el año 2015 ya tenía claro que echaría el ancla, emparejarme ayudó a llegar a esta conclusión, por lo que intuí que lo más inteligente era destinar mis ahorros y mis nóminas futuras a comprar un piso, y evitar así “despilfarrar” el dinero que destinaba al alquiler. No fue una decisión planificada ni evaluada con pros y contras, pero en aquél momento no conocía otras alternativas y opté por lo que hacía todo el mundo. No quiero olvidar ni omitir la ayuda que recibí de mis padres, su apoyo fue doblemente valioso, pues me permitieron ahorrarme los intereses del banquero y evitar depender de sus reglas. La capacidad de sacrificio y ahorro de mis padres sólo es superada por su determinación y generosidad en ayudarme, por lo que aprovecho la ocasión para agradecerles una vez más y dejar mención sobre el respeto y orgullo que les tengo por los valores que me han enseñado. Estoy seguro que si consigo llegar a la IF, serán co-responsables y les tendré que dar la enhorabuena.



    Actualmente no estoy en contra de tener piso en propiedad, pero sí difiero de la creencia de que es una inversión, pues el único beneficio real es el no-pago de un alquiler, pero todos los gastos que tiene asociados retrasarían tanto amortizar la compra, que me genera dudas razonables. Incluso la creencia de que si lo vendo en un futuro puedo ganar dinero se me hace algo efímera, ya que gracias al sistema que tenemos, en caso de venta, los impuestos sobre beneficio me empobrecerían. Pensemos lo siguiente, supongamos unas plusvalías generadas únicamente por la inflación (para resumir y ver claramente la extorsión de la fiscalidad), compro una casa por digamos 100 mil euros, al año siguiente con una inflación del 3% valdría 103 mil, es decir, si la vendo por su nuevo valor, pagaría impuestos sobre esas supuestas ganancias de 3000 euros, pero está claro que no es un beneficio real, sino un incremento virtual que justifica el mantener el mismo valor, aún así, pagaría impuestos sobre esos 3000, por lo que esos 103 que equivalen a los 100 iniciales, me generan un coste en forma impuestos que hacen muy desfavorable la inversión, sin contar con la poca liquidez, los trámites, las comisiones, etc.


    Esta reflexión no menosprecia mi decisión, de hecho, me aportó conocimiento sobre el mundo inmobiliario, cómo buscar, comparar, negociar, contactos, temas legales, etc....y me aportó más conocimiento aún sobre lo que no miré y luego resulta importante, gastos por comunidad, derramas pendientes, redecorar, fallos ocultos, etc.. 


    En el año 2017, mis ahorros volvieron a un nivel que me pedía pensar en moverlo. La decisión tomada fue asociarme con mi pareja para llegar a una cantidad que nos permitiera comprar un piso decente para alquilar, entrando en el nada exclusivo gremio español de los caseros. Tras nuestro modesto y poco profesional estudio riesgo-recompensa y aunque nos apoyamos en un mal profesional que distorsionó la experiencia (no fue nada dramático, pero sí un comportamiento de extralimitarse en cuanto a negociar con inquilinos sin permiso, no transmitir nuestros requisitos de forma adecuada y recoger en nuestro nombre fianzas que no procedían), considero que elegimos una buena opción,  veamos, descontando los gastos de compra, seguro, ibi e IRPF, pidiendo una renta muy modesta para la zona y características del piso obtendríamos un 7% de rentabilidad (algo menos al cumplir con nuestros deberes fiscales) y habríamos cubierto la inversión en unos 14 años. Es decir, si todo iba de acuerdo a nuestras modestas previsiones, en el 2031 empezaríamos a recoger los beneficios. Estas estimaciones reflejan la nula idea que teníamos de hacer una valoración decente, sí que tuvimos la cautela de hacer los cálculos sobre 10 meses de rentas, suponiendo un mal escenario de 2 meses al año sin alquilar el piso. La realidad llegó en forma de gastos, derrama de fachada, gastos de comunidad, ibi y la parte buena llegó personalizada en los inquilinos, una familia formal y decente que esperamos esté con nosotros muchos años, como resultado de no ser excesivamente ambiciosos y haber estipulado una renta muy por debajo de mercado, pero somos conscientes de ello y hasta ahora, esa idea está dando buen resultado. No fue un gesto altruista de ayuda al inquilino, sino más bien de sentido común y enfoque de conservación de capital y revaloración paulatina y constante más que de ingresos grandes y discontínuos con sus preocupaciones, si este pensamiento salía bien, nos liberaría de pensar mucho en el piso, hasta ahora, estrategia ok.


    Frente al 7% de rentabilidad estimado, el primer año obtuvimos 8,58% (alquilamos desde el primer día, se hizo un muy pequeño ajuste al alza de la renta y no fue necesario el lavado de cara). El 2021 lo cerramos con un 9,58%, este incremento se debe a negociar bajada del seguro, rebajar los gastos de comunidad a la mitad por fin de derrama y al aumento de la renta (seguimos con nuestra idea de estar por debajo del mercado así que los incrementos han sido los estrictamente necesarios de acuerdo al ipc). Este año 2022, la estimación es del 9,84%.



    Al contrario que en la compra del piso para vivir, la compra del piso para alquilar sí que fue algo planificado, al menos de acuerdo a nuestros conocimientos y nuestra visión al respecto, como he comentado, no era la de forrarnos pero, por supuesto, tampoco ser una ONG, sino la de mantener un capital alejado de los bancos, mantener a una familia contenta a nuestro lado por mucho tiempo para evitar los casting de nuevos inquilinos, las temporadas sin alquilar, etc. y que con el tiempo, nos llegue a dar una renta vitalicia con 0 cargas.



De esta primera e involuntaria etapa como inversor saco varias conclusiones:

  • Cuidarme de vendedores y no permitir ninguna negociación sin estar presente

  • Tomo un primer contacto con el análisis de rentabilidades y aprendo que ser conservador, incluso valorar escenarios negativos, es necesario por no decir obligatorio.

  • Tomo conciencia de que registrar mis ingresos y gastos es imperativo si quiero planificar mis siguientes pasos.

  • Sobrevaloro mi capacidad de generar ingresos e invierto en la operación del piso de alquiler casi el 100% de mis ahorros, ahora comprendo que es una actitud nada recomendable.




    Aprendo la valiosa lección de no descapitalizarme por completo, no es una jugada inteligente quedarme sin ahorros, sea cual sea el motivo, esto reduce o elimina por completo mi capacidad de reacción para solventar cualquier imprevisto económico teniendo que optar por alguna de estas dos soluciones; sorpresa, ambas son malas: bien vendo algo, bien me endeudo. De esta forma, entra en mi vida un nuevo concepto que según las teorías de las finanzas personales se define como “colchón de seguridad”, es decir, una cantidad de dinero “intocable” que mantienes en tu cuenta corriente, y sí, hay riesgo de devaluación por la inflación, pero proporciona la seguridad de poder hacer frente a cualquier imprevisto, por lo que conviene dedicarle tiempo a calcular la cantidad razonable para no pasarnos ni quedarnos cortos. La magnitud del supuesto imprevisto frente al que uno quiera protegerse es algo personal y en consecuencia, así será el tamaño del colchón, las teorías dicen que es recomendable tener un mínimo de 6 meses de gastos cubiertos, con lo que vuelve a cobrar importancia el registro de los movimientos para planificar y tomar decisiones. En mi caso, no seguía esta filosofía sino que me dedicaba a ahorrar y vaciar, ahorrar y vaciar, y la tabla de abajo no esconde esta falta de conocimiento (datos calculados como el promedio anual de los datos mensuales): con una cantidad promedio de ahorro mensual en cuenta de 20 veces mis gastos los primeros años, es decir, podría vivir con mis ahorros más de año y medio si me quedara sin trabajo por ejemplo, pero lejos de ser lo ideal, con los años, esta cantidad sigue aumentando hasta las 55 veces!!, una auténtica salvajada y en mi opinión totalmente desproporcionado, ya que significa que tengo una cantidad de dinero “parada” que no me da ningún beneficio (y no digamos en tiempos de inflación), y a este bloqueo del dinero y pérdida de potenciales recompensas se llama “coste de oportunidad”, y no es nada interesante para mi objetivo a largo plazo. Finalmente consigo centrar mis ideas y necesidades y entiendo que el colchón es imprescindible pero sin exageraciones, y reduzco mi nivel al entorno de las 7-8 veces, lo cual no me acaba de dejar totalmente cómodo, y es muy posible que lo vuelva a reducir al entorno de las 5-6 veces. Mi idea sería usar esa diferencia como aportaciones extra a mis inversiones si el mercado bajase notablemente, bueno, iré con calma pero la idea ahí está. 


    Las tablas que siguen cuentan la evolución de mis ahorros y de mis gastos:





    En estos 6 años de datos hay varios eventos que sólo me ha sido posible valorar gracias a la llegada del excel a mi vida en 2015 y tomar conciencia de mi tipo y cantidad de gastos para ir ajustando hábitos, y no se da mal durante los 4 primeros años, que mi porcentaje de gastos ronda el 33%. Como esta cantidad por sí sola no dice nada, hay una regla para novatos como yo que reza: 50% para gastos imprescindibles (hipoteca, servicios, comida, etc..), 20% para ahorro y 30% para gastos discrecionales, es decir, prescindibles. Presentada la regla 50-20-30, puede servir como guía inicial, y me sirve para ver que por comparativa, parece que estoy en una situación bastante decente, suficiente para poder preocuparme de otras cosas.


    En el 2020 se alinean los astros, entran menos ingresos (pandemia mundial que degenera en ERTE´s nacionales) y salen más gastos (nacimiento de mi hija en Agosto del 2019). En Noviembre del 2021 nace mi segundo hijo y nos convertimos en “familia-pseudo-numerosa”, los gastos aumentan, y el % vuelve a repuntar a casi un 50%!!. 


    Mi previsión para este 2022 es reducir mi % de gastos al entorno del 40% por la llegada de los dividendos en cantidad decente, veremos a cierre de año cómo de afinada estaba mi bola de cristal (en el 20 y 21 los dividendos son tan míseros que es irrelevante incluirlos). La renta por alquiler está descontada para valorar sólo los dividendos a lo largo del tiempo, pero lo importante aquí no es el detalle de mis gastos, sino el hecho de que tenerlos registrados, me está permitiendo controlarlos y tener cierta seguridad frente a posibles “cisnes negros” como dice Taleb (libros tremendamente recomendables los de este señor), pero para entendernos me refiero a catástrofes impredecibles (la pandemia mundial, no los hijos). 


    Nunca he considerado mi cantidad de gastos como algo peligroso, no obstante, que registre mis datos no significa que entienda de finanzas personales, esto dista mucho de mi conocimiento básico de “gastar poco es bueno”, pero en estos años he tenido la oportunidad de leer a celebridades en este tema y el resumen que saco yo de sus enseñanzas son (explicado a mi manera):


1º Pago a mi “yo miedoso” = destino una parte de mi sueldo a hacer un colchón de seguridad, una vez llegue a la cantidad que quiero, ese dinero lo destino a la inversión. 


2º Pago a mi “yo del futuro” = destino una parte de mi sueldo a la inversión para mi jubilación temprana y también reinvierto todos los dividendos que voy recibiendo. Estas aportaciones son constantes, sin hacerme trampas, y lo más importante, es dinero que considero perdido, ¡ojo! No hablo de dinero que no vaya a necesitar en mucho tiempo, sino que asumo que ese dinero ya no es mío, a efectos prácticos, está perdido. Este matiz genera tranquilidad en mi cabeza y esta gráfica de los últimos 40 años del sp500 (bolsa americana) lo explica, en el muy largo plazo la tendencia es al crecimiento, pero en el corto plazo hay sustos, y como yo no tengo la capacidad de predecir cuándo van a llegar ni en qué medida (¿-30%?, ¿-50%?, ¿“sólo” -10%?),  considero que lo más sensato es no contar con ese dinero invertido:



No me importa que la bolsa diga que ahora tengo más o mañana menos, soy consciente que puede reducirse mucho, como nos cuenta la historia, pero no puedo dejar que eso me quite el sueño. Me importa el total de mis acciones, y ese número no baja en las crisis; me importan los dividendos que reparten mis empresas, no su valor. Por eso elegí esta estrategia. 


3º Pago a mi “yo del pasado” = destino una parte de mi sueldo a devolver las deudas que contraje en el pasado, devolver los pagos pendientes al tendero del mercado, al peluquero, al del bar, ... Una vez todas mis deudas están saldadas, el dinero extra en forma de intereses que dejaré de pagar, lo destinaré a la inversión.


4º Pago a mi “yo del presente” = destino lo que queda de mi sueldo a vivir y ajusto mis gastos a esa cantidad. La idea es vivir por debajo de mis posibilidades pero sin penurias, el camino es muy largo y hay que disfrutarlo. Hay un amplio rango entre las miserias y los derroches, con tener sentido común en los gastos y NO endeudarme para cubrir donde no llegue debería bastar. La frugalidad me parece un concepto bastante acertado para describirlo.



    Este esquema personal, e insisto en lo de personal, difiere drásticamente de la regla 50-20-30, sin entrar mucho al detalle, simplemente en la dirección de las consignas, en la regla 50-20-30, lo primero que dice es pagar los gastos vitales, en mi esquema (inspirado en unos cuantos libros del tema) lo primero es pagarse a uno mismo. Hay un resumen muy conocido de todos estos apuntes y que resume todas mis reflexiones de este artículo:

    Gasto lo que me sobra de invertir, no invierto lo que me sobre de ahorrar”.








Nota: sin ser una recomendación, ya indiqué que no es mi juego, animo a revisar la sección "mis lecturas" como primera parada de un camino personal para el que nadie nos prepara. No sólo conviene encontrar respuestas a las inquietudes que nos surgirán al salir de lo pre-establecido sino que es imprescidible aprender a formularse las preguntas adecuadas, y por lo que estoy viviendo, esto sólo llega con formación, y se acelera con curiosidad. Leer, pensar y criticar son las mejores herramientas que te puedo presentar.






Citas que me hicieron reflexionar:


“El secreto de toda victoria reside en organizar lo que es obvio” - Marco Aurelio


“Una inversión en educación paga el mejor interés” - Benjamin Franklin


“Tendrás recesiones y caídas del mercado de valores. Si no aceptas que todo esto sucederá, entonces no estás listo; no te irá bien en los mercados” - Peter Lynch

 

 “El mercado puede permanecer irracional más tiempo del que usted puede permanecer solvente” -  John Maynard Keynes


"La inflación es la madre del paro, y la ladrona invisible de los que han ahorrado" - Margaret Thatcher


“Los presos no tienen nada que decir de lo que hacen, hacen lo que se les dice” - Fuga de Alcatraz


20 de abril de 2022

2.- LP2G: Despierta

 

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Queridos nietos

¿Y por qué persigo la IF?


    La respuesta ambiciosa es sencilla, no tener la necesidad de depender de un trabajo hasta los 67 años o seguramente más allá, esto significa, tener la posibilidad de "jubilarme" tan pronto tenga unos ingresos “ex-nómina” que cubran los gastos familiares con cierta holgura.


    Mi fin es ser rentista, pero dicho con orgullo y no de la forma despectiva que induce la sociedad, ¿te suena el famoso: “ese vive de las rentas!”? Suena a herencia, a persona vaga sin trabajo,a rico con lacayos que trabajan por él, a propietario tirano, en definitiva, alguien con suerte y sin derecho al respeto. Pues no será ese mi caso,  ni creo que sea el caso de cualquiera que haya conquistado la meta de la IF, pues si el resultado final es deseado y envidiado, no se intuye mucho glamour en el viaje, que a priori parece exigir requisitos como esfuerzo en el ahorro, disciplina en la inversión y constancia en la educación. Relativo a dicho viaje, desglosemos aquella respuesta ambiciosa del inicio y añadamos mini objetivos, de no hacerlo, hasta la mente más fría se vería abrumada con un propósito a 20, 30 años... No digo que ese sea mi plazo, ya hablaremos de lo que dice mi Excel sobre mi jubilación temprana, pero considero más que necesario poner en contexto mi "despertar" para recoger adecuadamente la evolución de mis pensamientos.



    Empecemos:


    En el año 2012 cansado de enlazar prácticas durante 4 años, me decido salir de Santander, con medio pie en una cocina cualquiera de Londres, me doy la última oportunidad de encontrar trabajo pero esta vez ampliando el radio de búsqueda a “Medaigualdónde”, provincia de la antigua España anti jóvenes, y en este periodo de descuento, encuentro mi primera nómina. Aterrizo en Logroño, busco un piso compartido para ahorrar en alquiler, me acomodo a los costes de la vida independiente y poco a poco, gastos e ingresos se van equilibrando sanamente, sin penurias ni derroches, con lo que comienza el ahorro. Esta parte la tenía controlada, o eso creía, no sólo nunca he tenido las manos rotas ni fugas en los bolsillos, sino que siempre he sentido una atracción hacia la frugalidad, por lo que el dinero empezaba a acumularse en mi cuenta. Quizá parte de culpa de tener este perfil, viene de hace años, cuando entre los amigos teníamos una regla no escrita de vacilar al que apareciera con algo nuevo, aumentando el nivel de la burla a medida que aumentaba el precio, asique ya nos andábamos con cuidado de no sobrepagar, puede que sin quererlo, tomásemos consciencia del tan aclamado "margen de seguridad" que descubriría varios años después.


    En un triste intento de hacer crecer esos ahorros, se lo confío a mi banco de la época, irrelevante su logo, pero tenía un producto muy interesante y reconocible, 123 lo llamaban, una serie de rentabilidades al 1, 2 y 3% con las que cumplían y todos los meses veía llegar a mi cuenta, pero su compromiso duró un par de años y paulatinamente las condiciones fueron mermando hasta que empezó a costarme dinero, hablé con ellos y su respuesta me decepcionó aún más que su política, tanto, que fue ÉSTE el punto clave de mi despertar, aquí abrí los ojos, aquí me pregunté cómo era posible que se cambiara un contrato sin repercusiones, aquí vi claro que a ciertos entes les beneficia la vagancia o desconocimiento de la gente, aquí descubrí que no podía delegar mis finanzas si quería que prosperasen, y quería. 


    Como una imagen es mejor que mil palabras:



    Poca explicación requiere esta escena, aún así, sólo mencionar que el pico negativo a mitad de tabla corresponde con las condiciones que se exigían para obtener el interés, que obviamente ese mes incumplí (este punto de intereses bajo condiciones es cuanto menos para reflexionar, y si alguna vez vuelvo a escuchar algo del estilo, mi dinero no estará ahí), pero si avanzamos un poco más, se ve claramente la nueva política que por mi vagancia, procrastinación, miopía idiota o llámalo como quieras, no reaccioné hasta que me salió a pagar. Lo único que me medio-consuela y por buscar lo positivo, es que “sólo” perdí 3 meses antes de saltar, el error es obvio, no haberlo hecho un año antes.


    Podría decir que esta fue la gasolina, pero la chispa ya venía incubándose tiempo atrás y de repente, explotó. Algo no funcionaba bien en mi cabeza relativo a la jubilación, podría ser los años trabajados, que además de no cobrar, tampoco “puntuaban”, podrían ser los casos de abusos y falsas lesiones que veía a mi alrededor, y claro, ese dinero de algún sitio saldría, no podría decir si eran motivos serios o sólo intuiciones, pero empecé a no querer creerme la realidad del sistema que veía, y la falta de claridad por parte de los políticos de turno fue avivando mi total desconfianza hacia un sistema que me promete una vida cómoda y relajada con una paga preasignada, pero donde no dejan de cambiar las reglas, donde no se ve más que despilfarros sin ni siquiera vergüenza, donde se despliega un esquema que se asemeja peligrosamente al Ponzi, asique no puedo más que pensar lo peor y prepararme para no depender de ese juego.


    Intentaré representar mis palabras con tres tablas resumen que cualquier persona inquieta puede encontrar sin mucho esfuerzo:


TABLA 1: las reglas de juego han cambiado

TABLA 2: tasa de reemplazo o sustitución, las reglas van a cambiar más

TABLA 3: sistema pensiones vs sistema Ponzi 


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    Poca explicación merece esta tabla 1, está muy claro que quien se jubile en 2035, tendrá menos “paga” que quién lo hizo el año pasado, por varios motivos: 

  1. Pasan de contabilizar los últimos 25 años trabajados (antes 15), esto es, entrarán en la cuenta los años de trabajo menos especializados y muy posiblemente menos remunerados, el total baja.

  2. Pasan la edad de jubilación a 67 años (antes 65) y de cotización a los 37 (antes 35), esto es, te jubilan más tarde, estás menos años recibiendo la paga, el total baja.


    Yo soy de 1985, que ni siquiera sale en la tabla, e intuyo, que la fiesta no ha acabado aún, ya que recientemente escuché a varios expertos avanzar un nuevo retraso de la edad de jubilación a los 70-72 años, en unos años veremos la veracidad de esta info. 


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    En esta tabla 2, se enfrenta la tasa de reemplazo del 2013 (pero se puede aproximar a un 80% en 2022) a una estimada en 2060, no me fijaría mucho en el descuento brutal que sufriremos (-30%) y dudaría de su implantación, pero sí me parece relevante la comparativa con el resto de países, donde España sale claramente destacada, y eso me hace pensar en un ajuste por simple equiparación. Por tanto, si se reduce la tasa de reemplazo, que es la paga cobrada en la jubilación como % de la última nómina, el total baja, mismo desenlace que en los puntos anteriores 1 y 2, pero por otro camino, no parece casualidad verdad?




    Estas 2 imágenes son un reflejo muy vago de lo que quiero ilustrar acerca de ambas semejanzas, por lo que te animo a ampliar info. Nuestro sistema de pensiones requiere la entrada de capital aportado por las capas inferiores para mantener las pagas de la capa superior (+65 años) en tiempo real, y me explico, el dinero que cada trabajador aporta, no queda bloqueado para su propia pensión, sino que es empleada en pagar a sus pensionistas contemporáneos, en compensación, el trabajador recibe la promesa de que sus sucesores repetirán el ejercicio cuando él sea el pensionista. Esto puede tener más o menos sentido cuando el grueso de la población trabaja y aporta, pero de no ser así, como parece ser el camino que llevamos, ¿habrá dinero para cumplir la promesa? Como hemos visto antes, parece ser que la solución es rebajar las expectativas. A parte de lo obvio, me preocupa un detalle, cada trabajador no tiene nada (salvo su patrimonio ajeno a la pensión, por supuesto) ya que pertenece al país, por lo que a su fallecimiento, no hay legado alguno para sus descendientes, por lo que el camino que quiero hacer, no sólo me dará una renta, sino un patrimonio que legar.


    Es posible que no te convenza lo que acabas de leer, y el futuro no se te haga tan alarmante, si tienes esa desconfianza, te doy la enhorabuena por dudar y te animo a que mantengas esa actitud tanto con lo que parezca tener sentido como con lo que no y no te detengas en esa cautela, sino que lo complementes con más investigación.


    También es posible que te parezca acertada la promesa de manutención en la vejez, de ser así, planteo varias dudas: ¿Cuál es el motivo que empujaría a los estados a mantener a las personas en lugar de a formarlas para que se puedan mantener por sí solas? ¿Es el estado tan altruista que quiere asegurarnos una vejez digna? y si esto fuera cierto, me inquieta lo siguiente:  


    Reflexión 1 (nótese la ironía): si es por nuestro bien el darnos una pensión, será por considerarnos de limitada o nula capacidad de prever nuestro futuro y entonces, ¿no sería esta falta de confianza por parte de nuestros líderes equivalente a una infravaloración o menosprecio (o algo peor) de nuestra inteligencia para autogestionar nuestro futuro?¿Será entonces nuestra torpeza lo que les empuje a adoptar esta actitud salvadora?


    Reflexión 2 (ésta sí que me inquieta de verdad): una vez escuché dividir el pensamiento político no por unos valores asignados al banco de la derecha o de la izquierda de la Asamblea Nacional francesa de hace 230 años, sino por la consideración personal de una orientación conservadora o liberal sobre un tema en cuestión, es decir, según esta idea que me encantó, alguien puede apoyar unas ideologías de izquierdas y otras de derechas simultáneamente, dicho esto, considero factible aislar el color político y centrar mi apunte en dicha orientación personal de cada ciudadano y me pregunto si las personas con inquietudes más conservadoras respecto a las pensiones, consideran que se defiende y garantiza el futuro de los más desfavorecidos. Mi apunte es el siguiente: en base a todo lo anterior (aumento de la cantidad de años cotizados y aumento de la edad de jubilación) veamos que pasaría comparando dos perfile antagónicos:


  • Joven que no quiere estudiar y busca trabajo:

-> empieza muy joven a trabajar (18 años por ejemplo siendo optimista) = cubre ampliamente los años de cotización pero aún tiene que llegar a los 67 (49 años de trabajo para los 37 exigidos)

-> con un trabajo de desgaste físico = posiblemente tendrá una salud más resentida y al alargar su retiro, acorta sus años de disfrute de la jubilación

-> con poco incremento salarial durante toda su carrera = además de no conseguir elevar su salario se jubilaría sobre una cantidad cercana a la su salario con 20 años, pero 50 años después (ojo inflación).


  • Universitario medio que evoluciona a mando intermedio/superior:

-> empieza tarde a trabajar (28 años por ejemplo siendo optimista) = prácticamente ajusta a los 67 al final su carrera laboral (39 años de trabajo para los 37 exigidos)

-> con un trabajo de poco/nulo desgaste físico = previsiblemente mejor salud y más longevo

-> con evoluciones salariales muy favorables = posiblemente hacia la mitad de su carrera ya haya evolucionado, no se vería severamente afectado al promediar sus últimos 25 años.



    Frente a esta comparación que creo que respeta bastante bien la realidad, me parece que las clases menos favorecidas en lo laboral, salen ampliamente perjudicadas con la filosofía de las pensiones en general y con este último ajuste en particular, por lo que rechazo el argumento social que hay detrás del sistema de pensiones.


    Tal como indico varias veces, espero que hayas desconfiado de mis palabras y decidas verificarlo para formarte tu propia opinión, hasta ese momento, adjunto el gráfico con las evoluciones salariales por grupo profesional:


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    Estos son los 2 factores sintetizados que me empujan violentamente a desear salir del sistema:


1. Desconfianza en la banca tradicional para hacer crecer mis ahorros

2. Desconfianza en el sistema de pensiones para ofrecerme un retiro tranquilo



    Estas reflexiones combinadas condicionarán el resto de mi vida, e iniciarán mi aventura como inversor, que iremos descubriendo juntos. Spoiler, es el año 2022, recién he llegado a los dividendos y hemos visto que mi viaje empieza hacia el 2015, así que aún queda tiempo hasta llegar a la temible bolsa.





Nota: sin ser una recomendación, ya indiqué que no es mi juego, animo a revisar la sección "mis lecturas" como primera parada de un camino personal para el que nadie nos prepara. No sólo conviene encontrar respuestas a las inquietudes que nos surgirán al salir de lo pre-establecido sino que es imprescidible aprender a formularse las preguntas adecuadas, y por lo que estoy viviendo, esto sólo llega con formación, y se acelera con curiosidad. Leer, pensar y criticar son las mejores herramientas que te puedo presentar.










Citas que me hicieron reflexionar:


“Quien tiene un Por qué para vivir, puede soportar casi cualquier Cómo”

- Victor Frankl (superviviente del Holocausto)


“Un trabajador que depende del gobierno para su retiro será más obediente y servil ante ese gobierno”

- Otto Von Bismarck (creador del sistema de pensiones 1890)


“Si tomas la pastilla azul la historia acaba, despiertas en tu cama y crees lo que tú quieras creer. Si tomas la roja te quedas en el País de las Maravillas y te enseño qué tan profundo es el hoyo. Recuerda, solo te estoy ofreciendo la verdad, nada más.”

- Morfeo Matrix


12 de abril de 2022

1.- Largo Plazo 2 Generaciones (LP2G)



 

Comienza mi pelea por la Independencia Financiera


Queridos nietos,
¿Y por qué leer las aspiraciones de un viejo?

    En primer lugar, porque no escribiré recomendaciones sino que hablaré de lo que en mi experiencia está siendo positivo y, tanto o más importante, negativo. No pretenderé dar lecciones ni tampoco alardear sino que hablaré abiertamente de mis errores. Lo que se encontrará en estas líneas podría tomarse como un diario personal, un cuaderno de bitácora donde recogeré mis avances en lo que me he propuesto sea el viaje que mejore mi vida y me permita salir del sistema en el que nos han hecho vivir, a lo que aspiro, lo llaman Independencia Financiera, y pretendo alcanzarla compaginando este despertar inversor con mi recién estrenada pseudo-familia-numerosa


    En este escaso tramo que llevo recorrido, veo claro que es un camino que requiere tiempo y paciencia, disciplina y constancia, educación y motivación, psicología y soledad, convicción y aprender a pensar por uno mismo al margen de lo pre-establecido, es decir, no es algo limitado a las finanzas personales, sino que es una búsqueda de libertad en su sentido más amplio, tanto financiera como mental. Volveremos a esto más adelante pero mientras tranto iré compartiendo pequeñas reseñas en la sección "mis lecturas" sobre los textos y autores que se van convirtiendo en mis mentores. Mi idea es formar una escala lógica de progresión en complejidad que, al igual que a mí, pueda servir de guía a quien quiera aprender por sí mismo.


    

    Y en segundo lugar, comienzo a escribir estas andanzas a la edad de 37 años, en marzo de 2022, con lo que no soy tan viejo ahora mismo (pese a la portada elegida), pero es cuando he asimilado que si quiero salir del sistema, necesito empezar a cambiar, hubiera sido mejor hace 5 años, o 10, o nada más tener un sueldo, pero es difícil levantar la cabeza y salir del mantra:, "trabaja, no te eduques en exceso, paga impuestos y ya más adelante, cuando seas más vulnerable y sin capacidad de reacción, recibirás la pensión que te corresponde (pero no es tuya)", no es el camino más eficiente hacia la independencia, pero reconozco que es el camino más cómodo y simple, además, está bendecido por los políticos de turno, los medios, las escuelas, los vecinos, los amigos, qué podría salir mal? Pues nada más que dedicar la vida a la promesa de ser mantenido en tu última etapa, y lamento decir, que como toda promesa, ésta puede romperse si se carece de palabra. Tener palabra y política, conceptos que no catalogaría de complementarios y lo razonaré más adelante.


    Por si invertir tu dinero en la tan temida bolsa, no diera el suficiente respeto, mis comienzos han coincidido con una pandemia mundial, cuando parecía que todo se iba a hundir (gracias a la prensa por supuesto) e iba a perder hasta la camisa. El caso es que siempre recordaré mi fecha debut con pena ya que me perdí la gran caída de marzo por cosa de dos meses, pero ya llegaremos a esa parte cuando avancemos. Actualmente, marzo de 2022, la guerra Rusia-Ucrania es lo que se oye a todas horas en los medios, y desde mi punto vista como inversor novato, también podría generar inquietud y hacerme tomar muy malas decisiones. Tendré la oportunidad de retomar estas reflexiones unos capítulos más adelante.


    

    En esta toma de contacto, entiendo que te gustaría saber el por qué de este título, que a priori parece exigir, cuanto menos, “paciencia”, y soy consciente que no es una actitud ni atractiva ni popular (y eso que aún no he introducido en el juego la “frugalidad”), pero quizá por eso tengo la sensación que la inversión a largo plazo es una gran desconocida. 



    He intentado encontrar información sobre cómo de involucrados estamos los españoles en la bolsa y no me ha sido fácil encontrarnos en comparativas con países vecinos, asique me conformaré con esta tabla de 2008 dónde se muestra la relación entre la educación o confianza (trust) en el eje horizontal, frente a la participación en bolsa. Viendo el gráfico, mi sensación anterior sobre la inversión a largo plazo como gran desconocida, no parece que esté muy alejada de la realidad:





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    Bien, LARGO PLAZO 2 GENERACIONES define mi visión sobre la inversión, es la base de la estrategia que he elegido desarrollar, una estrategia tranquila y sencilla que no se limite a mí, sino que se extienda a mis descendientes, entenderás por tanto, que no busco dar el pelotazo y hacerme rico mañana, ni el mes que viene, ni el año que viene,...., por tanto, por el momento, basta con que me identifiques con una persona con dos aspiraciones, crear un patrimonio propio que me permita vivir de él vía rentas y crear un patrimonio cuyo legado permita a mis herederos continuar el viaje. Y como aclaración, todo esto no va de conseguir riqueza, o al menos no en su significado monetario, sino de conseguir tiempo y libertad.




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    En resumen, me gustaría contar cómo progresa mi historia desde ser un borrego más, hasta no depender de una promesa de jubilación, ¿y qué tiene que ver contigo? Empiezo a entender que es un camino solitario y que conviene empezarlo lo antes posible, por lo que quizá, mis avances, reflexiones, tropiezos y éxitos, te ayuden a empezar el tuyo propio y lo que encuentro más importante, sentirte acompañado y estimulado a conseguir esta meta, que pese a que parece extremadamente ambiciosa, descubriremos juntos si es posible a medida que vaya cumpliendo etapas.





Citas que me hicieron reflexionar:



Para evitar las críticas no digamos nada, no hagamos nada, no seamos nada” - Aristóteles


“Un viaje de mil kilómetros empieza con un paso” - Lao-Tse


“La gente no tiene paciencia para enriquecerse lentamente, por eso decide arruinarse rápidamente”

- Peter Lynch


El tamaño de tu éxito se mide por la fuerza de tu deseo, por el tamaño de tu sueño y por la forma en cómo manejas la decepción a lo largo del camino” - Robert Kiyosaki


“La riqueza es la capacidad de vivir la vida con plenitud” - Henry David Thoreau


“No siempre estarás motivado, tienes que aprender a ser disciplinado” - Rocky Balboa